Bath, Reino Unido






Me gustan las flores...a quién no??

Me gusta descubrir cosas nuevas....lógico....como a la mayoría!

Tengo una especial debilidad por las ciudades con historia, urbes con un pasado glorioso, o no tanto...Me fascina adivinar lo que pueden percibir estos ojitos cuando el tren se para en la estación y empiezo a caminar. Hacia dónde? Qué más da, lo importante es caminar.




En verano de 2013 tuve un romance con Bath, aunque muchos de vosotros hasta ahora lo desconocía...... Expresado así suena disparatado.....jeje....Fue un apasionado amor de verano, de esos que te encandilan, que dejan huella, tan sólo unas horas de amor del bueno, breve y fugaz pero del auténtico, tan auténtico que aún hoy añoro ese lugar.

Ustedes entenderán lo que yo les quiero transmitir...












A Bath se puede llegar por carretera, autobús o tren (medio de locomoción más rápido, económico y eficaz, por aquello de la british punctuality....)




La estación de trenes de Bath  es sencilla, céntrica y muy cerquita del río Avon. El edificio es de corte clásico, como toda la ciudad. Una amplia calle separa a la estación del centro ciudad. Así de fácil.




Antes de llegar a la zona turística por excelencia hay una iglesia católica con su puntiaguda torre, San Juan Evangelista. 





Hay que destacar de esta ciudad sus impresionantes y verdes parques públicos, hectáreas de césped y arboledas para disfrutar de los escasos meses de sol y de la alegría que da el verano

Hay una variedad importante de parques, para todos los gustos. El Royal Victoria Park es el más destacado, inaugurado por la princesa Victoria cuando ésta contaba con tan solo 11 años de edad. Este parque da, por su lado oriental, al Royal Crescent, complejo residencial del s. XVIII cuya forma es de media elipse y con una gran plaza interna privada cubierta de césped. Construido con la famosa piedra de Bath, de color amarillento pálido. Es uno de los mejores ejemplos de arquitectura georgiana. En realidad la ciudad entera lo es.



Otros, no menos notables: Alexandra Park, Sydney Gardens, Henrietta Park, Hedgemead Park, Alice Park y Parade Gardens.




Éste último está muy céntrico y en la misma orilla del río Avon. Es el más popular y animado. Representaciones y conciertos tienen lugar muy a menudo.













Bath fue fundada por los romanos en el año 43 d.C. (Acquae Sulis). Allí construyeron un complejo termal justo donde los celtas con anterioridad habían levantado un templo dedicado a la diosa Sulis

Como dato curioso apuntar que cantidad de tablillas de maldición, escritas en latín, fueron halladas en este lugar por los arqueólogos. Eran empleadas para echar maldiciones sobre personas que habían hecho algo indebido, en ellas se escribía el nombre del sospechoso para que fuera leída por la diosa Sulis Minerva.

El complejo termal fue construido a lo largo de 300 años. Después de la retirada de los romanos a principios del s. V, los baños cayeron en desuso. Doce siglos después, en 1668, Thomas  Guidott, estudioso de la Medicina y la Química llega a Bath interesándose por las propiedades curativas de las aguas termales, y es allí donde escribe un libro sobre sus aguas. Ésto atrajo la atención de los aristócratas que pronto comenzaron a visitar la ciudad para beneficiarse de los favores de sus termas.

Diferentes zonas de la ciudad, durante el s. XVIII, experimentan una gran expansión debido al creciente número de visitantes.

En el s. XIX, con ya 40.000 habitantes, Bath se consideraba una de las urbes más grandes del país. Desgraciadamente la segunda Guerra Mundial no sólo diezmó la población, los diferentes ataques se saldaron con la afectación o, en el peor de los casos, destrucción de 19.000 edificios.
A partir de entonces se puso un cuidado exquisito en su reconstrucción hasta tal punto que en 1987 la ciudad es declarada Patrimonio de la Humanidad por la Unesco, dando así fe de su importancia cultural internacional.




Bath se despliega y ordena a lo largo de su río Avon, el río Río (Avon en Galés significa Río), y el canal Kennet-Avon. Se alquilan barcas en el Bath Boarding Station para poder remar y disfrutar a la vez de la belleza y calidez de sus edificaciones. Los paseos en barca son uno de los atractivos turísticos de la ciudad, una ciudad rodeada de espectaculares paisajes de agua. Hay tours que discurren desde Bristol hasta Reading.




Caminando por la ribera y dejando atrás el embarcadero el visitante se encuentra de repente con uno de los 5 puentes habitados que hay en el mundo: el Pulteney Bridge. Su construcción y estilo bien pudiera recordar al puente Vecchio de Florencia pero lejos de parecerse lo que sí tienen en común es  ser uno de los más fotografiado del mundo.
Mandado a construir por William Pulteney en el s. XVIII para conectar el centro de Bath con la otra orilla. Este corto trayecto se hacía antes en ferry.
En la actualidad el puente está "habitado" por pequeñas y artesanales tiendas en donde el visitante puede, entre otras cosas, contemplar las preciosas vistas al río a través de los ventanales.














El recorrido por esta belleza de ciudad te lleva, inevitablemente, a descubrir rincones donde necesariamente has de hacer un alto en el camino y contemplar, y recrearte, y disfrutar. Disfrutar de las cosas simples y maravillosas que te ofrece, por ejemplo, un músico en una plaza acariciando una guitarra española. Y si son dos!!...ya ni te cuento....Y es que Bath  sabe perfectamente aprovechar ese plus de ciudad histórica y agraciada para atraparte y no dejarte escapar.








Ciudad abierta, acogedora, ciudad de intercambios linguísticos y culturales, ciudad que se mueve y que eclosiona con el buen clima, que se echa a la calle aprovechando su mejor estación, la veraniega.







El río Avon abraza y protege a Bath pero lo que sin duda sobresale del skyline de la ciudad es su imponente y gótica Abadía anglicana.

Catorce siglos la contemplan, con innumerables modificaciones, cambios y reformas. Con anterioridad fue iglesia anglosajona, catedral de estilo normando....Preciosa iglesia con planta de cruz latina actualmente y con una importante torre desde donde poder contemplar unas maravillosas vistas a la ciudad, eso sí, previa subida de 212 escalones...Aviso!!










Resulta asombroso y llamativo nada más entrar en este lugar su bóveda en abanico o palmeada. Es un elemento arquitectónico muy típico de Inglaterra, perteneciente al gótico tardío, denominado gótico perpendicular. No aporta solidez al edificio pero sí una gran carga estética




Y esta fue mi aventura de un día en Bath, muy resumida, claro está. He preferido no colocar en esta entrada las casi 300 fotografías que realicé ese día, más que nada por no aburrir...jeje...

Bellísima ciudad. Muy agradable pasear por ella. Volveré?




2 comentarios:

  1. Me he trasladado literalmente a esta ciudad leyéndote y viendo esas fotos... estupenda entrada, Inma, ¡como siempre! :-) Mara.

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    1. Gracias Mara! Un placer que pases por aquí y te transportes a otros lugares, a otras ciudades. Entra siempre que quieras, lo mejor de mis viajes es compartirlos. Un beso!!

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